Como a nadie se le escapa, el Gobierno estatal y canario está canalizando miles de millones de euros de las contribuyentes (de todas las personas) hacia bancos, cajas, aseguradoras y empresas de toda índole para salvar una crisis que, más que coyuntural, tiene un trasfondo claramente sistémico. Basado en la propia inercia del modelo, que en su lógica disparatada de acumulación entra con frecuencia en contradicción y tiene que expurgarse cada x años, el sistema capitalista se retrae hacia nuevo crack económico que sufrirán una vez más las clases trabajadoras mientras las clases altas organizan nuevamente las formas de enriquecimiento y explotación. Esta dinámica, nos advierte una crisis de constante retorno por la inoperancia de un sistema basado en la acumulación, que, por otro lado, es legitimado y apoyado por el poder político, reprimiendo todo intento de alcanzar mejoras sociales o trasformaciones hacia otros modelos socioeconómicos articulados en función de las necesidades básicas fundamentales de los seres humanos y en respetuosa armonía con el medio ambiente.
Ante esta situación de derroche multimillonario no se nos negará que existen fondos para articular medidas sociales, planteadas aquí como un “Plan medidas de urgencia”, para paliar las consecuencias de la crisis capitalista. Nosotras, las personas precarias, las excluidas de este sistema (trabajadoras, pensionistas, paradas, explotadas…), aquellas que hemos enriquecido con nuestro trabajo a una minoría poderosa y que hemos sobrevivido con las migajas de su festín, y que por lo tanto no hemos salido de la crisis ni cuando fluía el dinero a borbotones, ¿por qué tenemos que compartir hoy, solidariamente, su crisis, cuando nunca fuimos llamados al reparto de los beneficios?
En Canarias ya empiezan a sentirse las consecuencias: el paro llega a cotas impensables, el número de personas bajo el umbral de la pobreza crece sin cesar y las situaciones de abandono de las viviendas por desahucios se multiplican día a día, y todo apunta, además, a que lo peor está por llegar. Por ello, debemos tomar la iniciativa de organizarnos para conseguir unos mínimos derechos sociales que mitiguen la dura situación que estamos padeciendo y que con toda seguridad empeorará. Tenemos que entender que los derechos sociales de los que disfrutamos hoy y que desgraciadamente se han visto recortados, y que si no lo paramos seguirán siendo recortados ante la presión de los empresarios que exigen, entre otras cosas, “un despido libre y gratuito”, han sido alcanzados por la lucha y la resistencia social. La presión social organizada y la desobediencia civil es la mejor manera de conseguir mayores cotas en cuanto a nuestros derechos sociales y la única vía efectiva de concienciación hacia un cambio en las mentalidades capitalistas que ha forjado el sistema a través de sus medios de desinformación.
Ante este panorama nada halagüeño, la Asamblea Canaria por el Reparto de La Riqueza anuncia su campaña por la consecución de un “Plan de Mínimos”, que venga a resolver los problemas sociales de las clases populares canarias cara a superar la crisis y que hemos englobado en el lema “Si no tienes, no pagas”. Este plan consta de los siguientes puntos basados en los servicios básicos indispensables para cualquier persona parada o desamparada y su carácter es gratuito:
1. Vivienda. La gratuidad de la renta en el caso de alquiler, la electricidad, el agua, el gas, los gastos escolares (libros, actividades extraescolares…) y las tasas municipales (basura, impuestos de la vivienda…), etc. Congelación de las hipotecas (moratoria) o sustitución por el modelo de alquiler. En este caso, los Ayuntamientos y las Comunidades deberán negociar estas medidas con las cajas y entidades bancarias.
2. Transporte público gratuito para personas en situación precaria (estudiantes, paradas…) Entender que sin recursos no hay desplazamientos y por lo tanto no hay posibilidad de formación ni búsqueda de empleo activa para salir de la situación de exclusión.
3. Aumento de las pensiones no contributivas. Las personas mayores que reciben una pensión no contributiva son uno de los sectores más expuestos, hoy y siempre, a la exclusión social. Trabajando toda su vida, llegan al final de la misma con unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza o teniendo que trabajar, si la salud se lo permite, hasta el último aliento de su vida. Por lo tanto, la crisis es, si cabe, todavía más dura para estas personas y es fundamental equiparar sus prestaciones al menos con el sueldo base interprofesional.
4. Recuperar el sector público de los servicios. Crear cooperativas municipales autogestionadas por las trabajadoras, aumentando la mejora del servicio, el empleo y la calidad del mismo.
5. Creación de comedores sociales Crear comedores sociales que cubran la necesidad de alimento a las personas que se encuentran en una mayor situación de precariedad en nuestros barrios y en la totalidad del municipio.
6. Renta básica de las Iguales (RBis). A todas las personas del municipio se les debe garantizar el pago de una RBis, que se define como el derecho que tienen las personas a percibir una cantidad periódica para cubrir sus necesidades básicas, de forma universal, incondicional y con una cuantía superior al umbral de la pobreza.
Bajo este “Plan de Mínimos” la Asamblea Canaria por el Reparto de la Riqueza inicia a partir de este mes de marzo, y proyectada a lo largo de los meses venideros, el desarrollo, por un lado, de las campañas de difusión y reivindicación social para la concienciación de los poderes públicos de la importancia de estas propuestas, y, por otro lado, el estudio y ampliación de cada uno de estos puntos y su aplicación real a escala estatal, nacional canaria, insular o local.
¡Si no tienes, no pagas!
CONTACTO: repartodelariqueza@espaciolacasa.org